Colombia sigue siendo uno de los países más peligrosos de Latinoamérica para los periodistas ocupando el puesto 119 entre 180 naciones en el ranking 2024 de Reporteros Sin Fronteras (RSF) que evaluó cinco indicadores: contexto político, marco jurídico, contexto económico, contexto sociocultural y seguridad.
De acuerdo con la investigación de la organización sin ánimo de lucro de origen francés, para los periodistas en Colombia resulta más riesgosa la cobertura de temas relacionados al medioambiente, los conflictos armados, la corrupción o las relaciones entre políticos, empresas, grupos armados ilegales y mafias.
Las agresiones físicas contra periodistas con total impunidad están creando un clima de autocensura en América Latina
Reporteros sin fronterasONG que defiende la libertad de prensa en el mundo.
En general, RSF alertó que la situación para Latinoamérica no es favorable. Según la clasificación que se publica de forma anual desde 1995, más de la mitad de los países de la región experimentan un deterioro en la defensa de la libertad de prensa a causa, principalmente, de la caída del indicador político.
“Cada vez son más los líderes políticos que estigmatizan a los periodistas y a los medios de comunicación en sus discursos.. A ello se suman las campañas de desinformación, las acciones judiciales abusivas y la propaganda estatal, que fomentan la desconfianza hacia la prensa y favorecen la polarización”, demostró la ONG que tiene como objetivo defender la libertad de prensa en el mundo.
Aquí le explicamos por qué, según el estudio de RSF, “esta violencia, unida a las agresiones físicas contra periodistas con total impunidad, están creando un clima de autocensura”, en el país y la región.
Colombia es uno de los países más peligrosos en el mundo para los periodistas
En Colombia se reportan tres muertes de periodistas en lo que va del 2024. Así, el país se ubica en la segunda posición de los más peligrosos en América del Sur, de acuerdo con el ranking. En primer lugar, está México con 5 ataques.
Las víctimas fueron Mardonio Mejía Mendozadirector de la radio comunitaria Sonora Estéreo, asesinado el 24 de enero en San Pedro (Sucre); el veedor Jaime Vásquezacribillado el 14 de abril en Cúcuta (Norte de Santander); y, Steven Andrés Fajardodirector y presentador de la emisora local Triunfadora Stéréo, asesinado a tiros el 21 de noviembre en el centro de Puerto Triunfo (Antioquia, en el noroeste del país).
Cada vez son más los líderes políticos que estigmatizan a los periodistas y a los medios de comunicación en sus discursos. A ello se suman las campañas de desinformación, las acciones judiciales abusivas y la propaganda estatal, que fomentan la desconfianza hacia la prensa y favorecen la polarización.
Reporteros sin fronterasONG que defiende la libertad de prensa en el mundo.
De los tres crímenes, solo en uno existe una condena -la de alias “El Enano”, quien confesó haber participado en el homicidio de Vásquez.
RSF recordó que “las autoridades colombianas deben hacer todo lo que esté a su alcance para esclarecer este crimen contra un periodista en el país”.”, dijo Artur Romeu, director de la oficina para América Latina de la ONG, al denunciar el crimen contra Fajardo.
En el mismo comunicado, recordaron que, “el presidente de Colombia, Gustavo Petro, quien en agosto pasado se comprometió con RSF a involucrar directamente a su gabinete para responder rápidamente ante los casos más graves de violencia contra periodistas, debe intervenir en este caso para garantizar justicia para la familia y amigos de Steven Andrés Fajardo”, publicado en noviembre.
Es importante mencionar que esta ONG solo registra a los periodistas cuya muerte ha sido establecida “de forma comprobada como resultado de su actividad” y no “aquellos atacados por motivos ajenos a su profesión o para los cuales aún no se ha podido confirmar el vínculo con su trabajo”.
En 21 de los 32 departamentos de Colombia se han reportado casos de violencia contra periodistas.
Fundación para la Libertad de PrensaONG
¿Qué está haciendo el gobierno de Colombia para proteger a los periodistas?
En un artículo publicado en octubre de este año en el sitio web de RSF, la organización alertó que, a pesar de los esfuerzos del gobierno colombiano por responder a los casos más urgentes de violencia contra periodistas que investigan a grupos paramilitares y al crimen organizado en Colombia, estos “siguen temiendo por sus vidas y las de sus familias”.
La ONG recordó al presidente Gustavo Petro, el compromiso que propuso en agosto con RSF y la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) para establecer un canal directo de comunicación que permita una mejor coordinación entre la Presidencia, la Unidad Nacional de Protección (UNP) -que ejecuta la política de protección de la integridad de las personas amenazadas en Colombia- y el Ministerio de Defensapara adelantar acciones urgentes de protección e investigación, y trabajar con los fiscales en la priorización de estos casos.
Ante ello, RSF pidió a las autoridades colombianas “que vayan más allá y tomen medidas concretas para garantizar la seguridad de estos periodistas”, escribieron en la nota.
De acuerdo con cifras de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), para este año, en 21 de los 32 departamentos del país se han reportado casos de violencia. de las 330 que ha conocido la ONG colombiana, 133 casos han sido amenazas, 43 fueron agresiones verbales y 11 agresiones físicas.
Del total de amenazas, 81 fueron perpetradas por funcionarios públicos y 69 por grupos armados.“lo que revela la complejidad de la lucha contra este fenómeno creciente en este país, uno de los más peligrosos de América Latina para los periodistas”, dijo RSF en el comunicado.
¿Cuál fue el criterio de RSF para ubicar a Colombia en el puesto 119?
La puntuación de cada país depende de cinco indicadores. de contexto, que permiten entender la libertad de prensa en un territorio, “en toda su complejidad”: contexto político, marco legal, contexto económico, contexto sociocultural y seguridad.
Para cada indicador, se calcula un subresultado, entre 0 y 100.
“Todos tienen la misma ponderación en la puntuación global. En el seno de cada indicador, todas las preguntas y subpreguntas también tienen idéntico peso”, detalló la ONG francesa.
Por ejemplo, el contexto político tiene como objetivo evaluar “el grado de apoyo y respeto a la autonomía de los medios frente a las presiones políticas ejercidas por el Estado o por otros actores políticos de la sociedad”. Mientras, el contexto económico evalúa “las presiones económicas vinculadas a los propietarios de los medios, cuando éstos defienden sus intereses de negocio”, entre otros.
Para el caso de Colombia estos fueron los principales hallazgos:
- Contexto político: a través de las redes sociales, el gobierno de Gustavo Petro busca contrarrestar las críticas reiteradas que recibe de los grandes medios, mientras altos funcionarios han sido señalados por estigmatizar a los periodistas.. Ciertos casos de vigilancia y espionaje de periodistas por parte del Estado, de años anteriores, Siguen sin respuesta judicial.
- Contexto económico: una gran parte de los medios regionales están controlados por fondos públicos o empresas locales, limitando así su capacidad crítica. Mientras, los medios comunitarios, independientes y alternativos cuentan con fuentes de financiación reducidas. Por su parte, los medios digitales financiados con ingresos publicitarios han aumentado considerablementey al menos dos medios independientes viven ya de la contribución económica de sus audiencias.
- Contexto sociocultural: en las regiones persisten los vínculos entre periodismo, política y negocios. Además, dirigentes nacionales y locales, así como algunas personalidades influyentes, participan en la estigmatización de los periodistas críticos.
- Panorama mediático: la radio es y sigue siendo el medio con mayor audienciapero también el de mayor precariedad económica para emprender iniciativas independientes de los grandes conglomerados mediáticos. Por ello, “más de la mitad de la ciudadanía en las capitales de departamento se informa a través de medios digitales y redes sociales. La diversidad de fuentes de información sigue siendo insuficiente para la población.”.