El panorama, para evitar un repechaje con Real Cartagena, era que Llaneros ganara por un gol y que Unión Magdalena se impusiera en lanzamientos desde el punto penalti. Se dio todo, tal cual. En la cancha, el ascenso a la A quedó definido: los dos equipos están en primera división.
Sin embargo, a esta historia le falta un capítulo, pues Real Cartagena había anunciado desde antes que se jugaran las dos finales que iban a ir al TAS si no se jugaba repesca, como pasó. Así que faltan los reclamos de escritorio…
En un estadio que no se llenó, pese a lo cerca que podía estar Llaneros de un histórico paso a primera división, los locales buscaban sacudirse de una mala racha contra el Unión: ni una victoria en siete enfrentamientos este año, con tres empates y cuatro. derrotas. La victoria, por cualquier marcador, le aseguraba el ascenso.
El gol de Llaneros que llevó la final de la B a los penales
Y fueron Llaneros el de la iniciativa y el fútbol en un juego en el que la Unión comenzó a sentir el esfuerzo de los partidos cada tres días. Llegó más el equipo de Pedro Depablos, pero sin muchas opciones de anotar. La primera no la concretó, luego de una terrible devolución de Andrés ‘Pecoso’ Correa al arquero Guillermo Gómez, que no pudo aprovechar Omar Duarte.
Pero Duarte no perdonó la segunda: agarró un balón en el borde del área y remató abajo, pegado al palo, donde Gómez no llegó y con ese 1-0, Llaneros era equipo de la A.
A pesar de la molestia del DT del Unión, Jorge Luis Pinto, pidiendo más juego, el segundo tiempo, por el ambiente, la cantidad de gente en la tribuna y la actitud de ambos equipos, podía ser perfectamente uno de tercera o cuarta fecha del campeonato si algún desprevenido lo sintonizaba sin saber que era una disputa por el título.
Llaneros se fue desmoronando en cuanto a nómina. Duarte venía con problemas respiratorios y no salió a jugar por el segundo tiempo. Y también perdió a Duván Mosquera por un dolor en la espalda.
Con el paso de los minutos parecía haber un acuerdo tácito para ir a los penales. Un gol de cualquiera de los dos mandaba al otro al repechaje. Wílmar Roldán nunca debió haber dirigido una final tan tranquila como esta: apenas vino a mostrar una amarilla en el minuto 83.
Sin un solo remate al arco, ni de Llaneros ni de Unión Magdalena, en todo el segundo tiempo, Roldán cortó por lo sano y ni siquiera dejó correr los dos minutos de adición que había dado: acabó el partido a los 91:40. En Cartagena estaban en vilo: necesitaban que Llaneros ganara el desempate desde el punto penalti.
Llaneros comenzó cobrando: Néider Ospina casi saca la pelota del estadio. El tercero, ejecutado por Jhildrey Lasso, era aún peor. Unión Magdalena no falló ninguno y, por reglamento, los dos equipos jugarán en la A el próximo año, pues los de Villavicencio eran primeros en la reclasificación. No hubo sorpresas…
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