
Hablamos con la ‘Reina del BMX’ sobre sus victorias y derrotas olímpicas.
Sentí vacío enorme, gigante, pero al mismo tiempo no me explico por qué y no encuentro la razón porque yo más o menos sabía lo que podía pasar.
Cuando corrí los cuartos de final, el jueves, pasó algo particular. Me tocó muy duro, quizás lo más duro que he vivido en los Juegos Olímpicos.
Me tocó pedalear de para arriba, me superaron, tuve una vuelta más, la del repechaje, y las piernas duelen más, eso pesa, eso se lo cobra el cuerpo a uno.
Yo quería devolverme a mi casa sabiendo que lo había entregado todo y eso fue lo que hice. Acá no hay reproches y en el deporte no existen los milagros, es claro que uno se prepara, se exige, entrena, pero a la hora de la verdad hay que ser realistas, el nivel sube, hay corredoras que vienen desde atrás. Ahora, un poco más tranquila analizo lo que ha pasado y entregué mi alma, porque cuerpo no tenía. El cuerpo aguantó porque mi corazón todavía creía.

Estos Juegos fueron bonitos, a pesar de que no estuve en la final y no gané medallas como antes y se me pasan muchas cosas por la cabeza. Tengo sentimientos encontrados.
Yo me iba a retirar en el 2022, dije no más, pero me puse a pensar que los Juegos iban a ser en París, que es mi segundo hogar, sabía que estarían muchos colombianos, mi familia y por eso tomé la determinación de seguir.
Pero además de eso lo hice porque quería demostrar que todavía se podía. Siempre que me paraba en el partidor recordaba muchas cosas y estaba haciendo buenos tiempos, pero en la vida cuando dudas, pierdes, y eso fue lo que pasó acá.
Entregué lo que tenía. Estas lágrimas, puff, fueron porque estuve cerca de la final, ese era el objetivo acá, porque cuando estás en la final cualquier cosa puede pasar y sabía que mi cabeza estaba enfocada en eso.
¿Saben? Estaba tranquila, pero en el fondo uno siempre siente esa ansiedad, a pesar de los años uno piensa en tantas cosas, en darle satisfacciones a mucha gente, al país, a los aficionados, eso era lo más importante. Este nuevo formato del BMX es muy difícil, porque nos exige más, había que estar en la jugada y lo que pasó fue sencillo: no estuve allí.