El desplome del América de Cali en las últimas fechas, en especial en las del cuadrangular B, resultó imparable. El 4-2 del domingo contra Tolima resultó ser apenas un paliativo para una campaña que terminó de la peor manera, con una goleada 3-0 contra Once Caldas que acabó con las opciones de título de los dirigidos por Jorge ‘Polilla’ da Silva.
El marcador pudo ser un poquito largo para lo que se vio en la cancha, pero no es culpa del Once Caldas que América haya perdido completamente el gol, salvo en el partido contra Tolima, y que la defensa del visitante haya sido tan débil.
La noche mágica de Dayro Moreno
Dayro abrió el marcador a los 18 minutos, en un cobro de tiro libre en el que se mezclaron su virtud para cobrar y los defectos del América, con una barrera corta de estatura y de número de jugadores y un arquero que acabó sorprendido.
América lo intentó de todas las maneras, pero pueden seguir pateando en el avión de regreso a Cali y seguramente no la van a metro. En cambio, la efectividad y hasta la suerte del Once son enormes. A los seis del segundo tiempo, Esteban Beltrán pateó desde lejos y Dayro metió el taco para desubicar a Soto y marcar el 2-0.
El árbitro Wílmar Roldán, a instancias del VAR, le quitó un tercer tanto a Dayro, que había definido con un toque suave a la salida de Soto, pero la cámara mostró una mano previa de Beltrán que arruinó la tripleta del máximo artillero de la Liga. .
Otra vez, América, herida en su orgullo, se fue con todo a tratar de descontar y no pudo. Y más bien, acabó recibiendo un tercer tanto, luego de un penalti por agarrón de Éder Álvarez Balanta a Jesús Hernández, que poco antes había entrado en reemplazo de Dayro.
El venezolano recibió la herencia hasta para cobrar: le pegó suave y desubicó a Soto y desató la celebración en la gradería y la ira de los hinchas del América, que terminaron invadiendo la tribuna familiar del Once. Fue el peor final para una campaña que comenzó bien y que se desmoronó.
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