“Nos encontramos en uno de los períodos más peligrosos de la humanidad. El abismo llama a la puerta y es hora de que las grandes potencias den un paso atrás y reflexionen. Preferiblemente juntas”, sentenció Dan Smith, director del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (Sipri), cuando la organización presentó su Anuario 2024, en lo que significó una clara alerta sobre los conflictos que acecharon al mundo durante este año.
Detrás de esta afirmación existen numerosas fuentes de inestabilidad, rivalidades políticas, desigualdades económicas, alteraciones ecológicas y una carrera armamentística acelerada por los conflictos en el mundo.
Según el estudio, esto ha llevado a que el gasto militar en todo el planeta se encuentra en su techo máximo y se haya duplicado en las últimas dos décadas, al pasar de 1,2 billones de dólares en el 2000 hasta los 2,4 billones en la actualidad, especialmente por asuntos como la invasión rusa en Ucrania, el conflicto en Oriente Medio y las tensiones en Asia, lo que está arrastrando a una reconfiguración mundial aún incierta.
La multilateralidad nos ha llevado a muchos conflictos, porque en esa anarquía, en ese caos, todos están tratando de buscar sus alianzas y al final se produce el famoso dilema de seguridad: yo me rearmo, pero en ese rearme tú te rearmas y hay una escalada
Además, menciona que durante este año creció el papel de las armas nucleares a medida que las relaciones geopolíticas se deterioraron luego de que el inventario atómico desplegado en misiles y aviones alcanzó las 3.904 ojivas, unas 60 más que el año anterior.
Este rearme no solo se debe a lo que sucede en Ucrania y Oriente Medio, sino también a los más de 50 conflictos activos a lo largo y ancho de todo el mundo, que incluyen zonas como el Sahel, África Oriental y el Sudeste Asiático, principalmente. “La violencia en el mundo alcanzó su nivel más alto desde el fin de la Guerra Fría. Además, los últimos tres años fueron los más violentos de las últimas tres décadas”, dijo Siri Aas Rustad, profesora investigadora del Instituto de Investigación para la Paz de Oslo (Prio).
Con la visión de los institutos Prio y Sipri concuerda también la firma consultora en riesgo Verisk Maplecroft, cuyo índice de intensidad del conflicto (CII, por su sigla en inglés), publicado en noviembre, indica que los conflictos en el mundo pasaron de afectar al 2,8 por ciento de la superficie global en 2021 al 4,6 por ciento en 2024, creciendo un 65 por ciento y afectando al equivalente a 6,15 millones de kilómetros cuadrados. “Casi el doble del tamaño de la India ahora se ve afectado por combates entre Estados o dentro de ellos”, dicen los autores del CII.
Pero a medida que crecen las estadísticas cuantitativas, también lo hace la tragedia humana. El número de personas desplazadas por la fuerza alcanzó un número sin precedentes de 130 millones en mayo de 2024, Según la ONU. Además, se contabilizó en 2023 un incremento de las bajas civiles del 72 por ciento, cifra aún no actualizada en 2024 formalmente, pero que presenta una tendencia alza en diferentes conflictos.
La violencia en el mundo alcanzó su nivel más alto desde el fin de la Guerra Fría. Además, los últimos tres años fueron los más violentos de las últimas tres décadas.
De hecho, se estima que las víctimas por conflictos superan las 200.000 para fin de año, un 29 por ciento más que en 2021, según el reporte más reciente de la firma Ubicación y Eventos de Conflictos Armados (Acled).
En medio de este panorama, Estados Unidos, Rusia y China, y el aumento de la influencia de potencias medias en Oriente Medio, emergen como responsables principales en un mundo que se enfrenta a una realidad distinta después del fin de la Guerra Fría, pero que aún no halla la forma de llegar a acuerdos para conseguir la paz.
“La multilateralidad nos ha llevado a muchos conflictos, porque en esa anarquía, en ese caos, todos están tratando de buscar sus alianzas y al final se produce el famoso dilema de seguridad: yo me rearmo, pero en ese rearme tú te rearmas y hay una escalada”, le dijo a la agencia Efe. el director del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), el general Víctor Bados.
Así cambió la guerra en Oriente Medio al mundo durante este 2024
Parte de esta expansión de los conflictos en el mundo en este 2024 tuvo que ver con la escalada de tensiones en Oriente Medio que comenzó el 7 de octubre de 2023 con la incursión terrestre de Hamás en Israel, en la que masacraron a 1.200 personas –en su mayoría civiles–, pero que este año se tornó en un conflicto más regional.
Si bien los israelíes continuaron a lo largo de este año con su ofensiva militar en Gaza, donde ya los muertos llegaron a los 45.000 palestinos, y asestaron golpes al matar a varios altos dirigentes de Hamás –el jefe del movimiento Ismail Haniyeh (31 de julio) y su sucesor Yahya Sinwar (16 de octubre)–, el Estado hebreo expandió sus operaciones al Líbano, donde prácticamente liquidó la cúpula de Hezbolá. .
Nos encontramos en uno de los periodos más peligrosos de la humanidad. El abismo llama a la puerta y es hora de que las grandes potencias den un paso atrás y reflexionen. Preferiblemente juntas
En el país de los cedros, Israel efectuó una campaña masiva de bombardeos aéreos que dejó unas 3.000 personas muertas. entre ellas Hasan Nasralah, histórico líder de esta milicia proiraní. Además, los israelíes protagonizaron una de las operaciones de inteligencia más sofisticadas de los últimos tiempos al hacer estallar al tiempo cientos de bíperes y walkie talkies de Hezbolá. Resultaron heridos tres millares de combatientes de la organización libanesa.
Todo esto llevó al involucramiento directo de Irán en el conflicto, que lanzó en represalia dos ataques con drones y misiles –uno en abril y otro en octubre– contra territorio israelí. Estos ataques directos rompieron un tabú de décadas entre ambas naciones enemigas y despertaron los temores de una guerra abierta que pudiera arrastrar a más potencias.
Sin embargo, los ataques parecían más dirigidos a “mostrar los dientes” que a provocar una escalada mayor. De acuerdo con el analista internacional Manuel Camilo González, El país persa quedó debilitado tras todas las acciones que emprendió Israel este año.
“Los ataques selectivos de Israel contra miembros destacados de estas organizaciones desbarataron la capacidad organizacional de sus rivales e indirectamente debilitaron la influencia de Irán en la región”, dijo González a este diario.
No obstante, para los autores del índice de intensidad del conflicto, Oriente Medio sigue al filo de la navaja. “Hasta ahora, Israel se ha centrado en degradar a los grupos iraníes en Gaza, Líbano, Siria y Yemen, pero la volátil situación podría deteriorarse hasta el punto de que el propio Irán e incluso los Estados del Golfo se convertirán en nuevos centros de conflicto. en los próximos meses”, dice el CII.
Así las cosas, estos acontecimientos en los últimos 365 días han llevado a que Oriente Medio sea una de las regiones más conflictivas del mundo. Para la firma investigadora Acled, los territorios palestinos, especialmente la Franja de Gaza, es hoy uno de los lugares más peligrosos del planeta, y “es muy probable que siga siendo un conflicto intenso hasta 2025”, en especial si a esto le sumamos la caída del régimen de Bashar al Asad en Siria a manos de rebeldes islamistas que dejaron un vacío de poder en uno de los países clave para el equilibrio de fuerzas en la zona.
Hasta ahora, Israel se ha centrado en degradar a los grupos iraníes en Gaza, Líbano, Siria y Yemen, pero la volátil situación podría deteriorarse hasta el punto de que el propio Irán e incluso los Estados del Golfo se convertirán en nuevos centros de conflicto en los próximos meses
La invasión rusa en Ucrania cambió la lógica nuclear en el Kremlin este 2024
En cuanto a la guerra en Ucrania, el cambio de doctrina nuclear que introdujo Vladimir Putin en Rusia fue otro factor desestabilizador que empujó al mundo a un escenario de incertidumbre. El Kremlin acortó las líneas rojas que activarían un ataque atómico y dijo que este tipo de armamento podría ser utilizado, incluso, en caso de un ataque convencional contra su territorio, una decisión que se produjo luego de que Washington autorizó a Kiev a utilizar misiles Atacms, de fabricación estadounidense, contra suelo ruso.
Se trata de un hecho sin precedentes en la historia puesto que las armas nucleares siempre han sido vistas como un elemento de defensa y disuasión.
Sin embargo, pese a las amenazas de Putin, Los expertos creen que esto sería una jugada para fortalecer su posición ante una eventual negociación de paz. cuando Donald Trump asuma las riendas de la Casa Blanca el 20 de enero próximo.
Ya en el terreno de combate, Rusia cierra este 2024 llevando la iniciativa en todo el frente de guerra y con avances sustanciales en la región de Donetsk (este), pese a la operación lanzada por Ucrania en la región rusa de Kursk, donde el conflicto se ha internacionalizado con la incorporación de tropas norcoreanas a las filas rusas y el uso por parte de Ucrania de misiles occidentales de largo alcance.
El conflicto siempre tiene una finalidad política. Si no somos capaces de ir a solucionar el problema político que ocasionó el conflicto, ese conflicto lo enquistaremos y no se solucionará.
El Ejército ruso ha avanzado a un ritmo inusitado que no se veía en el frente desde el comienzo de la guerra (febrero de 2022). Eso sí, según fuentes occidentales y ucranianas, el costo ha sido muy alto –más de 87.000 bajas en octubre y noviembre, según fuentes británicas– y en algunos casos ronda las 1.500 bajas diarias.
En cuanto a su impacto global, la última estimación de la ONU es que la guerra en Ucrania ha causado daños directos por valor de 152.000 millones de dólares y que el costo de la reconstrucción y la recuperación ascenderá a casi 500.000 millones de dólares.
¿Cómo evitar nuevos conflictos?
Lo cierto es que las instituciones de la posguerra, especialmente las de paz, la arquitectura de justicia surgida en los últimos años como la Corte Penal Internacional y los foros de discusión internacional no logran impedir las guerras y los conflictos aumentan de año en año.
El general Bados destaca que los conflictos que se están produciendo en la actualidad no tienen nada de inesperado como ocurrió en 2001, con los ataques a las torres gemelas en Nueva York, sino que en su mayoría se trata de conflictos enquistados con los que se convive. y de manera inesperada explotan, lo cual describiría lo que ocurre en Ucrania y Oriente Medio.
“El conflicto siempre tiene una finalidad política. Si no somos capaces de ir a solucionar el problema político que ocasionó el conflicto, ese conflicto lo enquistaremos y no se solucionará”afirmó, poniendo como ejemplo el caso de Oriente Medio, lo que podría llevar a un mundo aún más incierto en 2025.
CARLOS JOSÉ REYES – SUBEDITOR INTERNACIONAL – EL TIEMPO