La más reciente película del cineasta carlos osunael mismo de ‘Gordo calvo y bajito’, ‘El concursante’ o ‘Sin mover los labios’, deja más preguntas que respuestas. ‘Entrevista laboral’, como se titula, está llena de cuadros que dejan al espectador en la posición de un voyerista, con esa sensación de que algo pasa e imaginando las circunstancias, lo que dicen los involucrados y hasta opinando sobre lo que sucede entre esos extraños. Los diálogos son pocos y los sonidos de la ciudad se roban el protagonismo de una trama sencilla.
“La película la empezamos a formular hace unos años con un grupo de raperos del barrio de Patio Bonito. Partimos de una pequeña y muy simple idea que yo tenía, y era la de un rapero que sale del colegio y le toca ponerse a producir dinero. Y eso, ¿qué implicaciones podía tener? Y les conté esa historia a ellos, y les pareció muy interesante y pertinente, además, porque pues era algo por lo que ellos también estaban pasando”, cuenta el director y guionista colombiano Carlos Osuna.
Gabriel, como se llama el joven protagonista, pasa de los momentos de tranquilidad con su mamá a las discusiones porque no ‘hace algo’; pasa las horas con un perro por las calles del barrio, que se diluyen entre la mugre, las ventas ambulantes, el vicio y la música, y se mete en problemas, unos más peligrosos que otros. Y además, el espectador está en una primera fila, ‘imaginando’ lo que está sucediendo.
“Creo que ese espíritu voyerista, esa necesidad de ver a los otros, surge cuando de alguna manera uno mismo se está viendo, ¿no? Es decir, esta disposición de sentarse a ver por una ventana o en una banca de un parque, es un ejercicio en el que está también se pensando en uno mismo. Y también haciendo conciencia de que esos a quienes uno está observando tienen una vida parecida a la que uno tiene, hasta padecimientos de distinta naturaleza, pero tal vez en la misma intensidad”, comenta el cineasta.
Lejos del cine de masas
‘Entrevista laboral’, que ya se estrenó en las salas de cine del país, no es exactamente una producción de consumo masivo. Sin embargo, es de esos metrajes que ofrece la oportunidad de reflexionar, de las que se convierten en motivo de conversación de largo aliento.
“No creo que sea a lo que las personas estén habituadas a enfrentarse. También creo que el consumo de imágenes audiovisuales, masivamente y casi frenéticamente, conduce a un tipo de narraciones que están muy estandarizadas. Creo que esta película le puede costar mucho trabajo a ciertos espectadores”, asegura el director. “Pero si esa persona está dispuesta a entrar al juego, creo que puede generarle un diálogo interesante”.
Para que su película tome forma, Osuna dedicó horas a compartir con los colectivos de rap de Patio Bonito“fue largo un proceso de convivencia con ellos, de pasar el tiempo, de perder el tiempo, de no hacer nada; no existía un propósito más allá de querer tejer una realidad, pero no tratar de fabular la realidad, sino de observarla”.
En ese proceso, una visión que tuvo desde la ventana de su apartamento le aportó el resto de los ingredientes. “Veo que van caminando dos ancianos, él va cargando unas bolsas y, de repente, llegan a un punto, él las deja en el piso y le hace un gesto a la anciana que lo acompaña para que le rasque la espalda. Y entonces ella A rascarle la espalda. Y yo viendo todo en la distancia. ‘¡Uy, qué escena tan linda!’: Tal vez si hubiera estado más cerca ni la veo o no me parece bonita, pero desde donde estaba me pareció muy. conmovedora”.
Ideales del tercer mundo
Al mismo tiempo que plasmó su historia en un guion, Carlos decidió dibujar las escenas. “El texto venía con la imagen y durante el rodaje en lugar de seguir tanto el texto, estábamos siguiendo el dibujo”, dice.
Uno de los elementos llamativos del relato, y que pareciera una historia adicional que no tiene que ver con la principal, es un conjunto de secuencias en inglés, de una pareja que hace actividades cotidianas: hacer el desayuno, lavar la loza o ir de vacaciones. .
“Yo las pensaba como las idealizaciones que tenemos nosotros desde el tercer mundo¿No? sintiéndonos como la periferia del mundo, como algo a lo que no perteneces y que desearías pertenecer (…) Me parecía que además le generaba un contraste muy interesante al resto de la película. Yo tenía esa idea, de esa ficción del curso de inglés, con puestas en escena que eran absurdas, pero que me servían para generar un contraste y reforzar algunas cosas acerca del personaje principal y sus miedos”.
La película es protagonizada por el creador de contenido Diego Cardozo –famoso por las bromas que le hace a su mamá en las redes, donde se encuentra como Yeyo y Mechiz- y por un elenco que combina a actores profesionales como Diego Camayo y Hernán Cabiativa, con habitantes de Patio Bonito.
“Para mí, pensar que esta película fue muy agradable, además porque involucró convivir con sus protagonistas y hacer un montón de cosas que yo disfruto mucho. El fue rodaje muy raro porque filmábamos como dos planos al día. Son planos largos y complejos, pero ya que no teníamos tanto dinero, sí podíamos contar con tiempo para esperar a que el sol diera de cierta forma. Teníamos tiempo para esperar a que las cosas sucedieran (…) Todo se hizo en unos lapsos que normalmente en la industria no se permiten. De pronto, lo más complejo fue ponerla circular la película en los festivales, que los programadores corrieron el riesgo de seleccionarla; pero, afortunadamente, conseguimos que tuvimos una buena vida en ese sentido”, concluye.
SOFÍA GÓMEZ G.
PERIODISTA CULTURA EL TIEMPO
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