A partir de este 1.° de enero, y por primera vez en la historia, Colombia ocupará durante tres años una de las 47 sillas del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Así quedó establecido luego de que la Asamblea General eligió al país, junto a Bolivia y México, para ocupar los tres cupos disponibles para América Latina en el seno de este organismo.
El Consejo es un órgano intergubernamental de la ONU que tiene como función promover y proteger los derechos humanos en todo el mundo. Para hacerlo, tiene la capacidad de debatir, tomar decisiones y dar mandatos a relatores, expertos y grupos de trabajo para monitorear la situación de derechos como la salud, la protección contra la tortura o, más concretamente, la situación en países sumidos en graves crisis. como Siria, Palestina, Rusia, Ucrania o Venezuela.
A diferencia de otros órganos de la ONU, como el Consejo de Seguridad, el Consejo Económico y Social o la Asamblea General, que sesionan en Nueva York, el Consejo de Derechos Humanos se reúne tres veces por año en Ginebra. Por esto, quien se encargará del trabajo de Colombia en el Consejo será la Misión Permanente ante la ONU en esta ciudad suiza. encabezada actualmente por el embajador Gustavo Gallón.
En diálogo con EL TIEMPO, el diplomático se refirió a la importancia del ingreso del país al Consejo, a los beneficios mutuos que pueden obtenerse de ese trabajo ya la agenda que se tiene prevista.
¿Cuál es la importancia del Consejo de Derechos Humanos dentro del andamiaje de la ONU?
Antes de la Segunda Guerra Mundial, los derechos humanos no tenían reconocimiento internacional. Con la creación de la ONU se establecieron sus pilares y los organismos que se encargarían de ellos: paz y seguridad, con el Consejo de Seguridad; desarrollo, con el Consejo Económico y Social; y derechos humanos, con la Comisión de Derechos Humanos, esta última con un rango un poco menor. Esa Comisión duró hasta 2006, cuando se decidió crear en su lugar el Consejo de Derechos Humanos que se inició con unos criterios más exigentes para poder ser miembro.
Colombia es un país que por muchos años ha tenido y tiene una grave situación de derechos humanos, y que se caracteriza por altos niveles de violencia sociopolítica, de impunidad y de exclusión social.
Gustavo GalónRepresentante permanente de Colombia ante Naciones Unidas
¿Cómo cuáles?
Los Estados deben tener un desempeño respetable en materia de derechos humanos. También se crearon unas reglas de funcionamiento un poco más estrictas y se ha avanzado mucho en cuanto a los métodos de trabajo. Es un órgano de mucha importancia al que hay que apoyar y fortalecer, aunque en este momento está teniendo unos niveles de polarización parecidos a los que tuvo la Comisión hace tiempo. No son tan graves como entones, pero sí hay una división grande.
¿Por qué?
Por una parte, hay países que no aceptan que haya decisiones y calificaciones de situaciones de derechos humanos por considerarlas una injerencia o una medida coercitiva unilateral y, por otra parte, hay otros Estados que consideran que el Consejo está para eso: para actuar en nombre de las sociedades que sufren violaciones de derechos humanos.
¿Por qué es importante para Colombia estar en el Consejo?
Colombia es un país que por muchos años ha tenido y tiene una grave situación de derechos humanos, y que se caracteriza por altos niveles de violencia sociopolítica, de impunidad y de exclusión social. A pesar de que ha habido avances en años recientes, entre otras cosas gracias al Acuerdo de Paz y al trabajo de la JEP, la violencia y la impunidad no han desaparecido. Especialmente, Continúa el asesinato de defensores de derechos humanos y líderes sociales. y, dentro de ellos, de defensores ambientalistas. No se elevan estas muertes a los miles, como conocimos antes, pero sí son centenarios.
La exclusión social también sigue siendo grave.: en materia de distribución de la tierra, por ejemplo, pero también por la falta del acceso a la educación, el desempleo, la informalidad o la discriminación racial y social. Estos son problemas que vienen del pasado y que hay ser conscientes de ellos y de que nos marcan.
Con el ingreso de Colombia al Consejo es de esperar que esos esfuerzos valiosos se incrementen porque tendremos una mayor capacidad de intervención: hasta ahora habíamos sido un Estado observador, pero, a partir de enero, tendremos la posibilidad de proponer iniciativas.
Gustavo GalónRepresentante permanente de Colombia ante Naciones Unidas
¿Qué busca el Gobierno colombiano entonces?
Este Gobierno es consciente de que ha recibido el país en estas condiciones y está adoptando políticas para solucionar este tipo de problemas y para darle voz y visibilidad a las organizaciones sociales que han venido denunciando desde años este tipo de situaciones. En ese contexto, el Consejo de Derechos Humanos y la ONU han contribuido mucho a apoyar los esfuerzos en esa dirección. Contamos, por ejemplo, con la presencia de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (Acnudh) instalada en 1997 en Colombia, y con la Misión de Verificación de la ONU.
¿Qué decir de las resoluciones sobre el país que, justamente, ha hecho el Consejo?
El Consejo de Derechos Humanos, a su vez, desde el año pasado adoptó dos resoluciones en las cuales decidió pedirle a la Acnudh que amplíe sus servicios para apoyar el cumplimiento de las recomendaciones de la Comisión de la Verdad. Oh mar, el Consejo de Derechos Humanos, aún sin Colombia ser miembro, ha apoyado los esfuerzos de paz. Con el ingreso de Colombia al Consejo es de esperar que esos esfuerzos valiosos se incrementen porque tendremos una mayor capacidad de intervención: hasta ahora habíamos sido un Estado observador, pero, a partir de enero, tendremos la posibilidad de proponer iniciativas.
¿Y qué puede aportarle Colombia al Consejo?
Sin falsas modestias puedo decirles que la elección de Colombia ha sido muy apreciada y admirada, y así me lo han expresado a mí ya otros actores. Colombia fue escogida por el reconocimiento de la comunidad internacional a los esfuerzos importantes que, en medio de dificultades grandes e innegables, ha hecho el país para superar la situación que padecemos. En ese sentido, el aporte que puede darle a Colombia al Consejo, y que ha tratado de darle incluso en su condición de observador, es el de nuestra experiencia y esfuerzos para superar la crisis de derechos humanos. El Consejo tiene en este momento una polarización muy grande entre unos países que no aceptan críticas u observaciones con respecto a su situación en materia de derechos humanos y otros que sienten la obligación de expresar su inquietud por esas violaciones.
¿Cómo lo puedes hacer?
Colombia no es ni lo uno ni lo otro o, habría que decirlo al revés, es lo uno y lo otro: es la muestra de un país que ha tenido y tiene una crisis gravísima de derechos humanos, incluso siendo un régimen constitucional y no una dictadura. Pero, lo reconoce, lo acepta y, a la vez, quiere ofrecerle al Consejo su experiencia, intentos y realizaciones.
¿Cómo cuáles?
Con los esfuerzos de la justicia transicional, la experiencia del Acuerdo de Paz con las Farc, la creación del Sistema Integral de Verdad Justicia Reparación y la Comisión de la Verdad. Ha habido otras comisiones de la verdad en el mundo, pero la de Colombia supera a otras experiencias. Porque en otras partes se creó una comisión de la verdad en vez de un tribunal, pero en Colombia se crearon ambas cosas. Y al tribunal se le atribuyeron funciones específicas que tratan de buscar un equilibrio entre justicia y paz: en el pasado se asumía que para hacer la paz había que suprimir la justicia, es decir, hacer borrón y cuenta nueva.
El aporte que puede darle Colombia al Consejo, y que ha tratado de darle incluso en su condición de observador, es el de nuestra experiencia y esfuerzos para superar la crisis de derechos humanos.
Gustavo GalónRepresentante permanente de Colombia ante Naciones Unidas
En el acuerdo de 2016 tanto el Gobierno como las Farc aceptaron que hubiera justicia en relación con ellos. Eso impregnó el acuerdo y dio lugar a la creación del mecanismo de reconocimiento y verdad que determina el tipo de sanción o pena que pueden recibir las personas de las que se encarga la JEP.
Esa fórmula es un aporte inmenso para la comunidad internacional porque, repito, hasta el momento no había habido una solución de esa naturaleza y, hoy en día, países como Etiopía o Nepal, y otros cuyos nombres prefiero reservarme, han expresado aquí en Ginebra su interés por la experiencia de Colombia.
Compartir esas y otras experiencias es muy importante, y desde ya lo aprecian en los espacios del Consejo de Derechos Humanos. Aún sin ser miembros, cuando hablamos de algunos de esos temas nos miran con respeto, admiración y aprecio. En parte, porque valoran el hecho de que reconozcamos nuestros problemas, a diferencia del pasado, cuando había una tendencia a negarlos oa decir que nos estaban acusando equivocadamente.
Una crítica recurrente que se le hace al Consejo es que recibe entre sus miembros a Estados acusados de violar los derechos humanos. ¿Qué responde usted a esa crítica?
Creo que no es justa. Lo hubiera sido en el caso de la Comisión de Derechos Humanos, y con esto no quiero descalificarla, pero entonces no existían los criterios para aceptar el nombramiento de sus miembros. Pero, con la creación del Consejo sí se desarrolló una regla clara de que países con situaciones graves de derechos humanos no podían ser miembros. Es probable que no se haya cumplido plenamente, o que haya casos, digamos, problemáticos en los que uno pueda tener una apreciación diferenciada, o donde las opiniones no coincidan, pero es mucho menor que lo que existió en el pasado.
¿Cuáles son los temas prioritarios de Colombia para su trabajo en el Consejo?
La agenda es ambiciosa, pero mencionaré algunos temas. Por una parte, Colombia quisiera contribuir a mejorar la capacidad de acción del Consejo, que sigue siendo menor en estatus que el Consejo de Seguridad y el Consejo Económico y Social. También queremos contribuir a superar la polarización en el Consejo.
Queremos hablar sobre cómo prevenir las graves situaciones de violación de derechos humanos, especialmente en las guerras.
Gustavo GalónRepresentante permanente de Colombia ante Naciones Unidas
Algo nada fácil…
No, porque los Estados están muy divididos y algunos no aceptan que se les formulen observaciones porque lo consideran una intervención en sus asuntos internos, o que se trata de medidas coercitivas unilaterales. Puede ser que tengan parcialmente razón, pero probablemente no del todo, puesto que se trata de situaciones en las cuales hay problemas que sí deben ser tratados. Entonces, si la manera en que el Consejo lo está tratando no es la más adecuada y está generando ese tipo de confrontación, creo que es importante buscarle soluciones al asunto.
¿Algo más?
Si. Buscamos abordar temas como el cambio climático y los derechos humanos. Este Gobierno ha sido muy enfático en tratar este problema como el más grande de la humanidad en este momento. De otro lado, ya pesar de que me temo que vamos a salir con un balance negativo, Queremos hablar sobre cómo prevenir las graves situaciones de violación de derechos humanos, especialmente en las guerras. Es lamentable, pero en esa materia Naciones Unidas es y ha sido impotente: lo estamos viendo con Ucrania y con Gaza. No tenemos fórmulas milagrosas, pero creo que sí tenemos que hacer esfuerzos. porque es lamentable que, a pesar de la conciencia que se tomó después de la Segunda Guerra Mundial de la importancia de preservar la paz, de evitar las violaciones de derechos humanos, y más de un país a otro, continuamos en esta situación.
Carmen Lucía Castaño
Para EL TIEMPO
ginebra