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El experimentado actor Diego Vásquez no se conformó con sus estudios de cine en San Francisco,
en Colombia para alimentar su papel en Cien años de soledad.
A sus más de 30 años de trabajo en teatro, cine y televisión, le sumó un curso de latín. Y además, por ser zurdo, aprendió a escribir con la mano derecha para mantener la continuidad de su personaje, que en su juventud fue desempeñado por un actor diestro.
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El experimentado actor Diego Vásquez no se conformó con sus estudios de cine en San Francisco, de producción en Oakland y de geología en Colombia para alimentar su papel en Cien años de soledad. A sus más de 30 años de trabajo en teatro, cine y televisión, le sumó un curso de latín. Y además, por ser zurdo, aprendió a escribir con la mano derecha para mantener la continuidad de su personaje, que en su juventud fue desempeñado por un actor diestro.
A ese nivel de detalle llegaron los intérpretes de la serie que finalmente se estrenará en Netflix el próximo miércoles 11 de diciembre en simultáneo para 190 países. Es decir, que podrían verla 278 millones de suscriptores ansiosos por conocer si la epopeya de la familia Buendía fluye con éxito al navegar ahora como serie de televisión.
Vásquez es el patriarca de la estirpe, José Arcadio, en su edad adulta, cuando ya Macondo es un pueblo establecido. Su rostro barbado y de rasgos fuertes, el mismo que le mereció premios por sus actuaciones en La niña, Pobre rico o La pasión de Gabriel, es el primero que se reconoce en un daguerrotipo, al comenzar el primer episodio de Cien años de soledad.
Toma la posta de José Arcadio joven, que corre por cuenta de Marco Antonio González, otro actor que se forjó en los festivales de teatro de su ciudad natal, Cali. Tanto Vásquez como González cargan con el peso del apellido Buendía, reconocidos en los cinco continentes y al cual lectores de todo el mundo veneran con fascinación.
No son los únicos actores que ampliaron sus conocimientos para llevar a buen puerto los ocho primeros episodios de la serie, disponibles todos a la vez el 11 de diciembre. Por ejemplo, Claudio Cataño, cuyo bigote poblado de puntas adhesivas aparece en el tráiler de Cien años de soledad, debió tomar clases de orfebrería para las escenas en las que el coronel Aureliano Buendía fabrica sus legendarios pescaditos de oro.
Y la actriz y modelo Viña Machado se preparó en la lectura del tarot para calzar los zapatos de Pilar Ternera, la irresistible mujer que predice en la cartomancia sus amores clandestinos con los dos hijos de José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán. EL TIEMPO revela imágenes inéditas de los actores durante la filmación, dentro de un árbol genealógico que alcanza a tres generaciones de los Buendía, las que abarcan la primera parte de la serie.
No ha sido fácil el proceso de selección del reparto, a cargo de las españolas Eva Leira y Yolanda Serrano, expertas en la materia y quienes en el pasado trabajaron en películas de Pedro Almodóvar, Steven Soderbergh y Alejandro González Iñárritu, entre otros. Su labor comenzó hace cuatro años, poco antes de que el mundo fuera enclaustrado por el covid. “Lo que más nos importaba era transmitir que, aunque hay elementos muy particulares del Caribe y de Colombia, esta historia llega mucho más lejos –dicen las directoras de casting–.
Hay algo mucho más profundo en la novela que conecta a todos los seres humanos, más allá de las particularidades culturales. Recordemos que Macondo, el lugar donde se desarrolla la historia, ni siquiera es una ciudad real”. Leira y Serrano fueron las encargadas de ponerle rostro a un personaje emblemático de la literatura colombiana: Úrsula Iguarán. Las elegidas fueron Susana Morales, en su etapa juvenil, y Marleyda Soto, en su madurez.
Morales es una bailarina y actriz egresada de la Universidad de Antioquia, mientras que Soto cuenta con un amplio recorrido teatral y en películas premiadas, como La tierra y la sombra. Su presencia es permanente y protagónica a lo largo de la serie. “Úrsula es fundamental en la historia –explica Leira y Serrano–. Ella es el ancla, el tornillo que mantiene a los demás personajes conectados a la tierra.
Mientras algunos vuelan, ella es la que está firmemente arraigada. Esa energía es lo que tenemos que capturar en el casting y que encontramos en ambas actrices que la interpretan, Susana Morales y Marleyda Soto”. El rodaje de esta producción, sin antecedentes en Colombia, recorrió los departamentos de Cesar, Guajira, Magdalena y Cundinamarca. , pero la sede principal fue el pueblo que construyó Netflix cerca de Alvarado, Tolima.
La grabación no estuvo exenta de hechos insólitos, mágicos, como durante la escena del parto del primer hijo de Úrsula, José Arcadio, cuando se presentó un temblor. Los productores recordaron, de inmediato, que en la novela de Gabriel García Márquez, José Arcadio provoca temblores.
Este personaje desaparece por un tiempo, cuando se marcha con los gitanos. El actor colombo-italiano Edgar Vittorino se metió literalmente en su piel, ya que poco antes del rodaje tuvieron que llenarle el cuerpo de tatuajes, a tono con la travesía de José Arcadio, quien vuelve a Macondo después de haber recorrido el mundo 65 veces.
“Uno de los momentos más importantes fue cuando encontramos al coronel Aureliano Buendía –recuerdan las directoras de casting–. Hicimos una prueba desde España que nos pareció interesante, pero hasta que lo vimos en persona en Colombia nos dimos cuenta de que era él. Aureliano es un personaje que pasa por muchas fases, desde la sensibilidad hasta convertirse en alguien completamente endurecido, casi como una piedra. Claudio Cataño transmitía todo eso de manera muy natural”.
El veredicto final de su trabajo lo darán quienes el próximo miércoles juzguen la serie con sus propios ojos. “Hay mucha responsabilidad –concluyen Serrano y Leira–. Cada persona ya se ha hecho su propia ‘película’ en su mente y en su corazón”.
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