El presidente Gustavo Petro anunció el martes 3 de junio que avanzará con una “consulta popular” sobre sus reformas laborales clave después de que el Senado lo rechazara el mes pasado.
En respuesta, ocho partidos de oposición rechazaron hoy el anuncio, llamándolo un “golpe”.
Los analistas describen el movimiento de Petro como un último esfuerzo para aprobar su política insignia en conflicto antes de que su mandato expire en agosto de 2026 y decir que es poco probable que un referéndum continúe.
El presidente anunció sus planes de llamar por unanimidad a una votación pública durante un discurso televisado en Bogotá.
“La gente debe ser escuchada, porque son la verdadera autoridad política en Colombia”, dijo Petro en su discurso.
Las reformas del presidente han enfrentado múltiples contratiempos este año; Su intento inicial de aprobar un proyecto de ley a través del Congreso fracasó en marzo cuando un comité del Senado bloqueó que fuera debatido por los legisladores.
Luego, el presidente dirigió los esfuerzos para superar su “consulta popular” o una consulta popular, un referéndum sobre las reformas.
En una manifestación del día de mayo, Petro pidió a los partidarios de todo el país que salieran a favor de la consulta, reuniendo a los sindicatos, grupos indígenas y otros miembros de su base. Pero el Senado derribó los planes dos semanas después.
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Los analistas describen ayer el anuncio del presidente como último recurso después de agotar los caminos legislativos para aprobar las reformas.
“Este movimiento refleja la creciente frustración del gobierno con los contratiempos legislativos que, hasta ahora, han evitado que su ambiciosa agenda se convierta en realidad antes de que los colombianos se dirigen a las encuestas”, decía una nota enviada por Colombia Risk Analysis, una consultoría política, a sus clientes.
El controvertido movimiento de Petro provocó una rara muestra de solidaridad entre ocho partidos líderes, que emitió una declaración conjunta el miércoles titulada “La consulta popular por decreto, ignorando la decisión del Senado, es un golpe de estado”.
“Rechazamos esta acción unilateral e inconstitucional por parte del gobierno de Petro”, leyó la carta, firmada por el Centro Liberal, Conservador, Democrático, Radical Change, U Party, Mira, Colombia Jusa Libres y ASI Parties.
En su nota, el análisis de riesgos de Colombia desafió la idea de que la medida ascendió a un golpe de estado, pero dijo que “representa una amenaza para el orden constitucional”.
Es la última escalada en tensiones entre la rama ejecutiva bajo Petro y las ramas judiciales y legislativas, que han sido una barrera para la agenda progresiva del presidente.
“Cuando las instituciones van en contra de la gente, solo puede suceder una cosa: las instituciones tienen que irse”, dijo Petro en la reunión del gabinete televisado de ayer.
Pero a pesar de su retórica, es probable que las instituciones de Colombia derriben el proyecto de ley una vez más. Se espera que el Tribunal Constitucional bloquee el referéndum mientras considera la legalidad del movimiento de Petro.
Sergio Guzmán, director de Colombia Risk Analysis, cree que Petro se está volviendo desesperado a medida que se acerca a su último año en el cargo.
“Esto no es algo que hagas si te sientes fuerte y seguro de que puedes reunir a la mayoría. Es algo que haces cuando estás desesperado y sientes que es ahora o nunca”, dijo Guzmán a La publicación de Bogotá.
“La realidad sugiere que el gobierno ha sido procesalmente aficionado, políticamente incapaz de ofrecer ganancias incrementales e inmaduros para aceptar decisiones adversas”, agregó el analista.