el expresidente de Estados Unidos Falleció Jimmy Carter este domingo, 29 de diciembre, a sus 100 años.
La información fue confirmada por el Centro Carter a través de su cuenta en la red X. “Nuestro fundador, el ex presidente estadounidense Jimmy Carter, falleció esta tarde en Plains, Georgia”, escribió el Carter Center.
Sobre su salud se sabía que el exmandatario -que gobernó entre 1977 y 1981- sobrevivió varios años tras un cáncer cerebral diagnosticado en 2015, recibiendo cuidados paliativos en su casa desde febrero de 2023. Carter, además, era el expresidente más longevo de la historia. estadounidense.
Mi padre fue un héroe, no sólo para mí sino para todos los que creen en la paz, los derechos humanos y el amor desinteresado.
“Mi padre fue un héroe, no sólo para mí sino para todos los que creen en la paz, los derechos humanos y el amor desinteresado”, dijo Chip Carter, el hijo del expresidente. “Mis hermanos, mi hermana y yo lo compartimos con el resto del mundo a través de estas creencias comunes. El mundo es nuestra familia por la forma en que unió a las personas, y les agradecemos por honrar su memoria al continuar viviendo estas creencias compartidas”.
El legado de Jimmy Carter en Estados Unidos
Carretero hace parte de un pequeño y no tan popular grupo de presidentes a los que, en su momento, el público estadounidense le niega la reelección. Pese a ello, y aunque su derrota en 1980 ante ronald reagan Es vista hoy bajo una lente menos crítica, su trabajo una vez salió de la Casa Blanca terminó por convertirlo en una de las figuras más importantes de la historia moderna de este país.
En los 45 años que siguieron a ese corto periplo, Carter terminó irguiéndose como un referente de la lucha por la paz y los derechos humanos y electorales a nivel mundial.
Una obra que le valió un Premio Nobel en el año 2002 y que lo puso en otra lista, esta sí más loable, que solo incluye a tres mandatarios estadounidenses (Theodore Roosevelt, Woodrow Wilson y Barack Obama).
El expresidente, que murió este 29 de diciembre a los 100 años, nació en Plains (Georgia) un pequeño y empobrecido pueblo en este estado sureño habitado en ese entonces por menos de 600 personas.
Descendientes de inmigrantes ingleses, varias generaciones de los Carter se dedicaron al cultivo del algodon en una zona del país marcada por la esclavitud y la segregación racial.
Aunque su padre, James Earl Carter, nunca fue una persona acaudalada, si alcanzó a acumular cierta riqueza como dueño de una tienda de abarrotes y algunas parcelas dedicadas a la producción de maní.
Si bien su familia era abiertamente racista y se oponía a la integración entre blancos y negros, tampoco se opuso a que un joven Jimmy -el primogénito- compartiera a diario con la población afro americana de Plains, que en esa época era mayoritaria.
En memorias posteriores, escritas por el propio Carter e historiadores del país, el expresidente apunta a ese contexto como una experiencia vital que terminó modificando su postura frente a la discriminación y marcando tanto su presidencia como el trabajo que siguió.
Después de graduarse del colegio, Carter se matriculó en la Universidad de Georgia Southwestern para estudiar ingeniería y luego en el Instituto de Georgia para la Tecnología, uno de los centros educativos más prestigiosos de la época.
A mitad de camino, sin embargo, se enlistó en la Academia Naval de Estados Unidos, de donde se graduó en 1946.
Ya en la Armada, el expresidente se especializó en la navegación de submarinos.
Siete años después y cuando estaba a punto de abordar uno nuclear con destino las aguas del Pacífico, su carrera militar llegó a un abrupto final tras la muerte de su padre, que forzó su regreso a Plains para ponerse en cabeza de los negocios familiares.
El comienzo de la carrera política de Jimmy Carter
Su carrera política como tal comenzó una década más tarde, en 1963.en medio de las fuertes tensiones raciales que surgieron tras la decisión de la Corte Suprema de Justicia que acabó con la segregación en los colegios públicos y el auge del movimiento de los derechos civiles.
Si bien Carter favorecía la integración y era simpatizante de las causas del entonces presidente John F. Kennedymantuvo sus preferencias en secreto para no enemistarse con la clase política de un estado donde el racismo era aún rampante.
Primero haciéndose elegir como senador estatal por el partido demócrata en 1962 y luego como gobernador del estado en 1970. Aunque Carter se consideraba amigo del reverendo Martin Luther King y otros líderes afro de la épocamantuvo una estrecha y polémica relación con George Wallace, gobernador de Alabama y uno de los segregacionistas más enconados de la época.
“Entiendo por qué tuvo que presentarse como una figura ultra conservadora. No creo que en este estado se puede llegar a la gobernación sin ser un racista”, dijo en ese entonces Leroy Johnson, otro senador estatal, el tratar de explicar la ambigüedad en la Plataforma de Carter.
Los logros de su presidencia en Estados Unidos
Una vez posesionado, sin embargo, Carter dio un giro de 180 grados que mantendría por el resto de su existencia. En su discurso primer discurso tras ser electo gobernador declaró “el fin de la era de la discriminación racial” y se dedicó a promover la equidad laboral para los afroamericanos, oportunidades educativas para los menos favorecidos y la lucha por los derechos civiles.
De allí en adelante su carrera hasta la presidencia fue meteórica y beneficiada por otros eventos de la época. En 1974 y aún siendo gobernador del estado, anunció su candidatura a la nominación del partido.
A pesar de ser un desconocido a nivel nacional, Logró imponerse a otros 16 candidatos con una campaña masiva que revolucionó el arte de la política por su énfasis en la televisión como medio para llegarle a los electores. En el general se enfrentó a un debilitado Gerald Ford que había llegado a la Casa Blanca tras la renuncia de Richard Nixon por el escándalo de espionaje de Watergate, que dejó muy mal parado al partido republicano.
Aunque el mandato de Carter fue corto, en términos estadounidenses, durante los cuatro años que estuvo en la oficina oval hizo cosas que dejaron profundas huellas. De alguna manera Carter, es considerado el primer presidente “verde” de la historia por sus iniciativas en pro de la conservación de energía y el medio ambiente.
El presidente, de hecho, hizo instalar paneles solares en la Casa Blancay solía usar un suéter en su interior para reducir el consumo.
Un mensaje que a diario le repetía a la población.
Bajo su liderazgo, además, se creó el Departamento de Energía que desde entonces se ha convertido en uno de los más importantes en la burocracia estadounidense y el Departamento para la Educación pues el presidente era una convencida de que el camino hacia la prosperidad pasaba por los colegios. y universidades.
Carretero, muy interesado en la paz de oriente mediotambién fue instrumental en el acuerdo de paz entre Egipto e Israel que se firmaron en Camp David bajo su supervisión que puso fin a la guerra entre ambos países y dio paso a la creación de gobiernos electos en Gaza y Cisjordania.
Así mismo escribió un trascendental acuerdo con la Unión Soviética para la reducción de armamento nuclear que aquietó los riesgos de un conflicto atómico entre las superpotencias.
Y fue él quien finalmente puso la firma al documento en el que Estados Unidos se comprometió a abandonar el canal de panamá en 1999 una vez se cumplieron casi 100 años de presencia.
¿Por qué no obtuvo la reelección?
Pero fueron dos circunstancias, ambas fuera de su control, las que hundieron su presidencia y las posibilidades de una reelección.
La primera fue una crisis económica en dos tiempos que se desató por la caída en la producción de petróleo que siguió tras la revolución islámica en Irán y que provocó un aumento en los precios de la gasolina, inflación de dos dígitos y altas tasas de interés.
La segunda fue el secuestro en noviembre de 1979 de 52 diplomáticos de la embajada de Estados Unidos en Teherán por parte de un grupo de estudiantes que apoyaban la revolución iraní.
La “crisis de los rehenes” marcó, y de manera negativa, la popularidad de Carter que no pudo negociar su liberación y fue explotada por Ronald Reagan durante la campaña presidencial de 1980. Esa percepción de debilidad, y el mal momento económico, terminaron siendo más que suficiente para que el republicano le diera toda una paliza acumulando 489 votos al colegio electoral entre los 538 disponibles.
Humillado por la derrota -los demócratas también perdieron el control del Senado por primera vez desde 1952- Carter, regresó a Plains.
El Centro Carter, uno de sus más grandes legados
Pero apenas con 56 años decidió poner toda su energía en un proyecto que transformaría su legado: el Centro Carter para la promoción de la paz y los derechos humanosque fundó con su esposa Roslynn.
Aunque en sus inicios fue una operación pequeña, el centro se fue tornando en toda una institución mundial. Desde entonces, la fundación -sin ánimo de lucro- ha estado presente en 70 países del mundo y monitoreado más de 100 elecciones presidenciales y legislativas. Paralelamente ha participado en iniciativas de paz en todas las esquinas del planeta, entre ellas los diálogos entre las Farc y el gobierno de Juan Manuel Santos que culminaron en los acuerdos de paz del 2016.
De hecho, el centro aún hoy mantiene un programa que le hace seguimiento a la implementación de los acuerdos.
“En el Centro siempre hemos creído que todas las personas tienen derecho a derechos humanos básicos. Cuando las personas tienen estos derechos, sienten un sentido de justicia y autoestima. Estas son las semillas de la paz”, dijo Carter en algún momento al describir el objetivo de su organización.
A parte de escribir libros, algunos de ellos sobre poesía, el ex presidente también ha estado fuertemente vinculado en Hábitats para la Humanidad, una organización religiosa cuyo énfasis está en construir viviendas para los más necesitados.
Si bien Carter nunca regresó a la política, su estatus como vaca sagrada para los demócratas y ex presidente fue creciendo con los años. Pese a todo lo malo que vivió en esos cuatro años de la Casa Blanca, hoy día ocupa el puesto 24 entre los 45 que se han sentado en la Oficina Oval.
Muy por encima de Trump, George W. Bush, Herbert Hoover, Ford, Nixon y varios otros de la historia moderna. Un lugar, que sin ser el mejor, se ganó un pulso en las cuatro décadas que siguieron tras abandonar la presidencia.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
Washington